Un dibujo en la pared, soy yo mismo de alguna manera. Y no puedo hacer esto sin un interlocutor.

Él se sienta en mi mesa y sonríe con ironía. Soy yo.

- ¿Qué, ya no podés hablar conmigo?

Mi mirada dice "fuck off"

- ¿Todavía pensás que todo es culpa mía? - el tono no sugiere pregunta.

- Pero yo sólo existo en tu cabeza - prosigue -. El que hace sos vos, ahí no tengo poder.

Y aclara: - el que hace y por lo tanto el que no hace.

Levanto la vista. Su mirada está llena de intensidad. Quiero preguntarle a qué se refiere exactamente pero desaparece.

Castración química

Cuentan los diarios estos días que monsieur Sarkozy (quien por cierto tiene su popularidad en la estratósfera) ha resuelto que los pederastas que cumplieran su condena pasarían a un hospital cerrado del que podrían salir si aceptan someterse a una "castración química". Esto consiste en un tratamiento con fármacos que anulan las pulsiones sexuales.

Sin entrar en detalles sobre la bestialidad o no de la medida, pienso: si existe tal cosa, ¿por qué no se lo hacemos a los curas y nos dejamos de joder?

Estaría bien para la misa: hostia y una pastillita...

Nota mental

No hablar sobre Nietzsche con borrachos.

Radio de topos

La agregué hace una semana o más; debería presentarla pertinentemente.
Ahora vida de topos viene con música! En la barra a la derecha verán un sospechoso recuadro negro. Dándole al play podrán oir a mis vecinos (no los reales del piso de abajo que gustan del reggaeton matinal, y a quienes debo contraponer dosis a alto volumen de lo más extremo que encuentre a mano), sino a los trastornados que escuchan más o menos las mismas cosas que yo.

Obviamente estas cosas son aproximadas, y descansan en el criterio alucinado de lunáticos con tiempo libre dispersos por el mundo; no me hago cargo de lo que pudiere salir por los altavoces.